Proyecto
CES “Subjetivación política y juventud…”
Propuesta de
abordaje:
Espacios de
socialización à
espacios virtuales à
juventud
Espacios virtuales como ámbitos de socialización juvenil
A
partir de la revisión de la literatura sobre los espacios virtuales como
espacios de socialización, ligados a la noción de juventud, se pudo identificar
una serie de puntos que se remarcan en las investigaciones:
·
Los jóvenes como “nativos digitales”[1]:
es la generación actual de jóvenes, que nacieron y crecieron en contacto con las
tecnologías digitales y los espacios virtuales. Esta idea se presenta en
oposición a la de “inmigrantes digitales”. Se alude a los nativos, vinculándolos
a aquellos que tienen competencias comunicativas y una alfabetización digital
que les permite conducirse con naturalidad por los espacios virtuales. Dicha
alfabetización consiste en un proceso de aprendizaje que se da por fuera de las
instituciones tradicionales (familia/escuela), con énfasis en el aprendizaje
autónomo, en la vida cotidiana.
·
Los jóvenes como productores de contenidos,
con capacidad de hacerse ver y oír ante otros actores sociales.
·
La “noción mágica de amigos”[2],
para dar cuenta de los vínculos que tejen. Bajo esta denominación aparecen
aquellos con quienes entran en contacto en espacios virtuales, que a menudo se
convierten en la “audiencia”, y obligan a los jóvenes a generar estrategias de
presentación personal en espacios virtuales para obtener mayor visibilidad.
·
Lo anterior se puede explicar como “el show
del yo”: “En medio de los vertiginosos
procesos de globalización de los mercados, en el seno de una sociedad altamente
mediatizada, fascinada por la incitación a la visibilidad y por el imperio de
las celebridades, se percibe un desplazamiento de aquella subjetividad “interiorizada”
(propia del siglo XIX y principios del XX) hacia nuevas formas de autoconstrucción (…) ciertos usos de los blogs,
fotologs, webcams y otras herramientas como MySpace y YouTube, serían
estrategias que los sujetos contemporáneos ponen en acción para responder a
estas nuevas demandas socioculturales, banalizando nuevas formas de ser y estar
en el mundo.” (Sibilia, 2008:28)
·
El rol de los espacios virtuales en sus
prácticas cotidianas, remarcando que el uso principal es comunicacional. “El principal uso que hacen los jóvenes de
Internet es para comunicarse. Efectivamente, el 90% de los jóvenes chatea,
visita una red social, manda mails o bloguea” (Morduchowicz, 2008)
·
Estos espacios se están convirtiendo en algo
esencial para ser una persona integrada en los círculos en los que cada uno
tiene por grupos de referencia.
Algunas
cifras que expone Morduchowicz (2012) respecto el contacto de los jóvenes con
Internet y el acceso:
·
En Argentina el 95% de los jóvenes tiene
acceso a internet.
·
El 40% accede desde su casa y el 60% lo hace
desde un cibercafé o locutorio.
·
La media nacional de conexión es de una hora
y media diaria.
Socialización y
sociabilidad en espacios virtuales:
Entendiendo
a la socialización como el proceso mediante el cual un sujeto adopta los
elementos socioculturales del medio ambiente (normas, conductas, valores, etc) y
los integra a su personalidad para adaptarse a la sociedad, se identificaron
históricamente los procesos de socialización primaria (familia) y secundaria
(escuela/pares). En dichos procesos el contacto presencial, físico, es
fundamental. Sin embargo, ante la creciente presencia de los espacios virtuales
en la cotidianeidad del sujeto, se los designa como espacios de socialización
terciaria. Esta última se relaciona con la transculturación y la integración de
sociedades diferentes.
La
socialización primaria y secundaria se produce en presencia física del otro,
mediante la comunicación cara a cara, especialmente en los primeros años de
vida y de la adolescencia. La socialización terciaria correspondería a aquella
que se genera a partir de las relaciones del individuo con los medios de
comunicación masiva como agentes socializantes (televisión, radio, internet) a
través de los cuales el sujeto aprende valores, costumbres, pautas de
comportamiento. Esta última se da a lo largo de la vida del sujeto.
Entre
las publicaciones del GT de Clacso que vienen poniéndose en común en los
encuentros del CES, no se encontraron trabajos que aborden a los espacios
virtuales como ámbitos de socialización de los jóvenes. Los mismos son
nombrados, pero no hay un desarrollo puntual al respecto.
Los
espacios virtuales sí aparecen explícitos en el caso de Brasil, en lo que
refiere a los estudios sobre juventud:
“Los jóvenes contemporáneos en procesos de cambio,
relacionándose con los nuevos medios, se tornan en sujetos de reflexión
académica en la década del 2000. Investigadores como Félix (2003), Scalco
(2008), Rosatelli (2007), buscan comprender cómo la esfera de consumo es
imprescindible en la formación de redes, hábitos, y de formas de ser y de
vivir; y cómo las prácticas de ocio son fundamentales en la formación de
subjetividades y grupos de jóvenes. Las dimensiones simbólicas experimentadas
en las prácticas de consumo y de ocio migran a entornos
virtualizados/digitalizados, a través de re-apropiaciones y re-significaciones;
Las nuevas formas de comunicación, los nuevos medios de comunicación y las
tecnologías se transforman en elementos de mediación en las redes de
sociabilidad juvenil y son pilares en la estructuración de identidades
individuales y colectivas.” [3] (en Alvarado y
Vommaro, 2010:301)
Aparecen
como puntos de referencia el consumo y el tiempo de ocio. Esto entra en
consonancia con la denominación de “nativos digitales”, donde se sostiene que
los jóvenes en la actualidad aprenden desde lo lúdico y en el tiempo de ocio. El
“tiempo libre” devino relevante en las últimas décadas, siendo las
interacciones sociales sostenidas en dicho espacio/tiempo una importante
dimensión socializadora desde siempre (en tanto agente informal), junto con los
agentes formales como la escuela o la familia.
En
el caso brasilero se alude a las tecnologías como elementos de mediaciones en
las redes de sociabilidad, no de socialización.
Se
encontraron pocas referencias a los espacios virtuales como ámbitos de
socialización, o donde se trate cómo transmitimos y aprendemos normas sociales
en Internet. Sin embargo sí se encontraron publicaciones sobre “Sociabilidad
online” (Turkle, 1997; Castells, 2001; Correa y Tirado, 2002; Mayans, 2002;
Galvez, 2004 -citados por Revuelta Domínguez- y Morduchowicz, 2012), donde ser
“sociable” implica una “inclinación al trato con los demás”, según lo define la
Real Academia Española.
Por
citar un ejemplo:
“Internet ha generado nuevas formas de sociabilidad
juvenil. Durante décadas los temas de conversación entre los adolescentes
giraron sobre la televisión, la radio, el cine o la música (…) estas charlas
tenían lugar fundamentalmente cara a cara en la escuela o en el club. La otra
opción era por teléfono desde sus casas. (…)En los años noventa, con la gradual
expansión de Internet, no sólo los temas de conversación se ampliaron, sino que
cambió sustancialmente la naturaleza del diálogo: la interacción es en
simultáneo, a través de múltiples pantallas, en tiempo real y sin necesidad de
presencia física. Hoy los adolescentes disponen no sólo del teléfono de línea para
comunicarse, sino, además, del celular para mandar mensajes y de Internet para
enviar mails, chatear, tener un blog o estar en una red social.” (Murdochowicz,
2012:10-11)
Sobre
socialización en espacios virtuales ligado a los estudios de juventud, es
significativo un trabajo de Francisco Bernete, donde se abordan los
“posibles
cambios en las relaciones de los jóvenes, y por lo tanto en su socialización,
en lo que ésta depende de su interacción con otros agentes sociales:
familiares, docentes, compañeros de trabajo, de estudio, de juegos, etc.
Interacciones que tienen un nuevo campo donde generarse, regenerarse, crecer,
transformarse. No sólo en lo que más se identifica como “redes sociales”
(Facebook, Twitter, Twenti, etc) sino también en otros muchos espacios de
intercambios informativos abiertos por internet y la telefonía celular.” (Bernete,
2010:96)
Los
medios como internet están generando transformaciones en los modos de producir
y recibir información, comunicarse, divertirse, comprar, trabajar, estudiar,
etc, que son visibles en el largo plazo. Se trata de una transformación cuyo
sentido y consecuencias en la socialización de niños y jóvenes produce
incertidumbre y preocupación (como anteriormente ocurriera con la radio y la
televisión). Aquí entra en juego la mirada adultocéntrica, quienes hablan a
menudo de los “nuevos medios”, “nuevas tecnologías”, “nuevas relaciones
sociales” o “nuevas interacciones”, teniendo como parámetros los cambios
sociales en relación a su propio tiempo; mientras que son tecnologías y
relaciones sociales “naturales” para los jóvenes. Dice Bernete (2010:100)
siguiendo las tipologías de Echeverría (1999) que mientras para los adultos el
espacio virtual representa un “tercer entorno”, distinto del segundo entorno
(urbano) y del primer entorno (rural o natural); “para los jóvenes todo forma parte de un solo mundo, que es así porque
así se lo han encontrado. La conciencia del cambio es de los mayores”.
Él
se propone señalar algunas líneas de investigación que parecen necesarias
emprender, para vincular los usos tecnológicos con el papel que cumple la
comunicación en los procesos de socialización:
“Pues si bien abunda la literatura sociológica, económica
y tecnológica que registra y valora tendencias en la producción, la
comercialización, el consumo o los riesgos asociados a la ocupación de los
jóvenes con las actuales tecnologías de la información y la comunicación (…),
no es fácil encontrar recursos para investigar de qué modo las interacciones
mediante TIC están conformando nuevas formas de entender el mundo (público y
privado; físico y psíquico), de articular o desarticular la sociedad y la
cultura de los usuarios; de relacionarse con otros, cercanos y lejanos, jóvenes
y mayores, usuarios y no usuarios de las mismas TIC.” (Bernete, 2010:96)
Así
menciona que resta conocer las consecuencias que tiene el uso de las TICs en
los comportamientos, en las formas de relacionarse y en una socialización
fuertemente sustentada en las interacciones con el grupo de iguales (esto sería
la emergencia de las tics como desencadenante de los cambios en otros órdenes
de la vida); y por otro lado, cómo los jóvenes usan las tics por querer
mantener unos comportamientos, unas relaciones o unas identidades sociales
(implicaría un uso como resultante de factores anteriores).
Ante
los cambios producidos en los últimos años, las sociedades fueron cambiando. Ya
no se trata de sociedades pequeñas, cuyos miembros se conocen, viven de una
manera similar, comparten creencias, valores, actitudes, etc. por el contrario,
se trata de sociedades más grandes, que se tornaron complejas: no es posible
identificar una visión de la realidad que cohesione a todos sus miembros, sino
muchas que compiten entre sí.
“Socializar, en esta situación, supone saber cuáles son
las exigencias compartidas (normas, valores, actitudes hacia propios y
extraños) para canalizar las pulsiones y orientar el aprendizaje social de los
individuos; y que éstos interioricen la necesidad de respetar una ley en cuya
gestación no han participado (…) la socialización adecuada no está en absoluto
garantizada; y es más difícil que lo esté cuando el sistema social carece de
mecanismos para ordenarla: no establece con claridad qué espera de los
adolescentes y jóvenes; ni qué lugar (simbólico o material) podrán ocupar los
miembros jóvenes (profesiones, funciones paterna y materna, etc.) en una
sociedad cohesionada.” (Bernete, 2010:103)
En
términos de socialización la influencia de las TICs en las relaciones sociales
trajo aparejado cambios en el entorno familiar y en la escuela. Tanto los
padres como los maestros y profesores tienen que mediar entre lo que aparece en
los medios y lo que los jóvenes saben; e incluso se ven obligados a aprender a
manejar las TICs para saber qué circula por allí, y no renunciar a sus
potencialidades en beneficio de la formación.
---
También
resultó interesante un estudio realizado en España en el año 2012, por
Francisco Revuelta Domínguez, que se propone indagar en los mecanismos de
socialización que se activan en las interacciones de aprendizaje a distancia
mediada por tecnología (se toma el caso de un grupo de discusión online, y
tiene una mirada de socialización desde el ámbito educativo). Su hipótesis es
que existen mecanismos de socialización en entornos presenciales que se dan en
entornos virtuales. La socialización es consciente (puntualmente en los
procesos de escolarización) e inconsciente.
“Parsons (1982), autor sistémico, respecto de la
socialización, advierte que éste es un proceso particular de aprendizaje y se
trata de la adquisición de las orientaciones precisas para funcionar
satisfactoriamente en un rol. Llama mecanismo de socialización al proceso
motivacional por virtud del cual se produce en relación a su significado
funcional con respecto al sistema de interacción. De esta forma concibe dos
sistemas de interacción, por un lado el sistema social y por otro el sistema de
la personalidad que posee tres mecanismos para poder estar en equilibrio: mecanismos
de aprendizaje, de defensa y de ajustamiento.” (Revuelta Domínguez,
2012:3)
En
dicho estudio aparecen como mecanismos de socialización en espacios virtuales:
a)
aprendizaje social;
b)
identificación (sentido de pertenencia a un grupo, es un mecanismo espontáneo);
c)
asimilación;
d)
internacionalización (se establece con la explicitación de normas ya sean
generales o específicas);
e)
adaptación (adaptación a los aspectos técnicos de la plataforma virtual; y
capacidad de asimilar y acomodar nuevas ideas respecto de los contenidos que se
comparten en el espacio virtual).
El poder de las
redes: el sujeto como actor-red
Manuel
Castells, en su análisis (desde una perspectiva capitalista) sobre los cambios
estructurales que se produjeron con la influencia de las tecnologías de la
información y la comunicación (Tics, puntualmente de Internet), se refiere a
los jóvenes y a los movimientos sociales como los agentes de cambio.
Los
jóvenes de entre 20 y 40 años, por lo general profesionales, como parte de
movimientos sociales y a través de la utilización de Internet, son nodos de
resistencia que conectan con otros puntos tradicionales; y desde internet se
conectan, comunican, y organizan la ocupación del espacio público. Mediante
esta interrelación entre espacio virtual y espacio físico se generan los
cambios. La conexión es lo que hace la comunidad y los sujetos son pensados
como actor-red.
Castells
destaca cómo las prácticas tradicionales, en tanto manifestaciones de protesta
con fuerte carga simbólica (él toma como ejemplo puntual la inmolación de un
joven tunecino a principios de 2011, a partir de la cual se abrió un proceso
democrático en Tunez), encuentran terrenos de expansión mediante las redes
sociales. Se crean comunidades simbióticas entre lo virtual y lo presencial.
Las comunidades virtuales conectan y luego se encuentran en las calles, por lo
tanto se tocan, se viven… esto último no es Internet, pero sin Internet no hubiese
sido posible.
En
tanto nuevas formas de acción política que habilita la red y su vínculo con los
jóvenes, Castells considera emblemático el caso de la llegada a la presidencia
de Obama. Mayoritariamente los jóvenes fueron partícipes de este hecho. Su vida
pasa por Internet, y también pasa por otros lugares, pero es central el papel
que juega la red. Su movilización, su acción, su información, pasan por
Internet; Esto sirvió para organizar un movimiento de base que transformó lo
que estaba ocurriendo en la política norteamericana.
En
la revisión bibliográfica realizada aparece fuertemente la idea de que las
Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) se utilizan para
reforzar comunidades y organizaciones ya existentes. Morduchowicz (2012:15)
afirma que Internet -puntualmente los blogs, el chat y las redes sociales
online- no anulan los espacios de sociabilidad presencial de los jóvenes, sino
que estos espacios
“les ofrecen canales alternativos que se complementan con
los tradicionales espacios de encuentro (la escuela, los cafés, las fiestas, el
club, etc.). El chat, el blog y las redes sociales amplían los espacios y los
tiempos para estar en contacto con amigos y familiares.”
Socialización en
estudios de jóvenes: Entrevista a Alvarado:
Dado
que el proyecto de jóvenes pretende dar cuenta de diversos contextos de
socialización, donde no necesariamente aparece la referencia a lo
virtual/presencial, consideré necesario recuperar trabajos realizados sobre
ámbitos presenciales, donde las categorías de socialización/socialización
política y subjetividad/subjetividad política son pilares. En este apartado se rescata
una entrevista realizada a Sara Victoria Alvarado.
En
el Doctorado en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud de la Universidad de Manizales
(Colombia, que se encuentra bajo la dirección Alvarado), uno de los grupos de
investigación se conformó en torno a «Perspectivas políticas, éticas y morales
de la niñez y la juventud» e integra la comunidad académica latinoamericana del
GT CLACSO “Juventud y nuevas prácticas políticas en América Latina”. En el
interior de dicho grupo se desarrollaron (en el año 2009) dos líneas de
investigación: ética, moral y ciudadanía; y socialización política y
construcción de subjetividades.
En
el caso de la segunda línea, el objeto de estudio es la configuración de las
subjetividades políticas de niños y jóvenes en procesos de socialización. Se
realizaron aproximaciones a la categoría de socialización política desde la
filosofía política -Habermas (1999), Rawls (1996), Arendt (1997) y Heller
(1990)- indagando qué se decía y cómo se entendía el proceso de socialización
política, cómo conceptualizaban la socialización, qué decían respecto la
configuración de los sujetos políticos.
En
estos trabajos se trató de comprender la categoría de socialización como
configuración del sujeto y los órdenes sociales en los que este sujeto habita y
se significa; y fue abordada principalmente desde la fenomenología y la
sociología del conocimiento (Berger y Luckman, 1983; 1995).
Al
indagar sobre la socialización se encontraron con dos tendencias: la tradición
durkheimiana, y con ella el influjo de la sociología, desde la cual se asume la
socialización como la apropiación de un mundo hecho de valores, un mundo moral,
que tiene que ser transmitido al sujeto para crear unas predisposiciones al
bien común, a la vida útil, conjunta, por los cuales el sujeto pueda absorber
este mundo ya constituido. Así se pone el acento en una sociedad que tiene que
ser incorporada por el sujeto. La segunda tendencia es la que proviene del
interaccionismo simbólico (Schutz y Mead), donde se pone todo el peso de la
construcción del mundo social y de las formas de acción humana en el sujeto; es
un actor casi autónomo e independiente de múltiples determinaciones, capaz de
vivir y construir su propia vida.
“En este diálogo entre las corrientes del subjetivismo y
objetivismo es que aparecen claramente los aportes de Berger y Luckman, quienes
ayudan a entender que la socialización sólo puede darse en una relación dialéctica
entre el sujeto y el objeto, en donde al mismo tiempo que el sujeto es
configurado, mediado, determinado por una serie de condiciones históricas,
tiene la capacidad, el potencial, la posibilidad de resignificar, reconstruir y
transformar esas condiciones que a su vez lo producen a él. Es decir, el sujeto
se autoproduce, pero produce un mundo donde él está interviniendo.” (Alvarado, en Díaz
Gómez, 2009:131) .
El
trayecto que tomaron las investigaciones los llevaron a indagar del concepto de
socialización, a la configuración de sujetos políticos y de allí a las
subjetividades políticas.
Bibliografía
§
Alvarado, S. V.;
Borelli, S.; Vommaro P. A. (Eds.) (2012). “Jóvenes, políticas y culturas:
experiencias, acercamientos y diversidades”. Rosario. Homo Sapiens Ediciones.
Recuperado el 20 de Marzo de 2013 de http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/gt/20121207040846/Jovenes_politica_cultura.pdf
§
Alvarado, S. V.;
Vommaro, P. (Comps) (2010) “Jóvenes, cultura y política en América Latina: algunos
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Ediciones: Rosario.
§
Bernete, Francisco. (2010, Marzo) “Usos
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jóvenes” en Ángeles Rubio Gil (coord.) Juventud y Nuevos medios de
Comunicación. Revista de Estudios de Juventud., N° 88. pags. 97-114. Recuperado
el 12 de abril de 2013 de http://issuu.com/injuve/docs/revista_88
§
Díaz Gómez, Álvaro. (2009, enero-abril) “Sara
Victoria Alvarado. La producción de conocimientos sobre subjetividad política
desde los jóvenes: aportes conceptuales y metodológicos.” Cuadernos del CENDES,
Vol. 26, Núm. 70, pp. 127-140 Universidad Central de Venezuela. Venezuela.
Recuperado el 15 de abril de 2013 de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=40311743007
§
Finquelievich, S. (comp) (2000).
“Ciudadanos a la red. Los vínculos sociales en el ciberespacio.” Ediciones
Ciccus. La Crujía. Buenos Aires.
§
Morduchowicz, R. (2012) “Los
adolescentes y las redes sociales: La construcción de la Identidad juvenil en
Internet”. Capítulo 1, Introducción pags. 7-16. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires.
§
Piotet, D.; Pisani,
F. (2009)
“La alquimia de las multitudes: Cómo la web está cambiando al mundo”. Paidós.
Barcelona.
§
Revuelta Domínguez,
Francisco Ignacio
(2012). “Los mecanismos de la socialización virtual” @tic. Revista d’innovació
educativa. Nº 9. Pags. 108-115. Recuperado el 4 de junio de 2013 de http://ojs.uv.es/index.php/attic/article/view/1949/1480
§
Sibilia, P. (2008) “La intimidad
como espectáculo” Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires.
[1] El término
fue propuesto por Mark Prensky (2001) y tuvo amplia repercusión en los modos en
que se entienden a los jóvenes desde la psicología social, las
neurociencias y la educación, entre otros
campos de estudio.
[2] Danah Boyd,
antropóloga de la School of Information de la Universidad de Berkeley,
investiga acerca de los jóvenes y la web. En una entrevista sostenía que
“estamos asistiendo a una ruptura en los hábitos y a una reorganización en la
manera que la gente tiene de informarse y de socializar. Se trata de la “noción
mágica de amigos”. Los “amigos” son aquellas personas con las que hablamos,
aquellas que constituyen nuestra audiencia, aquellas a las que prestamos
atención.” (Piotet y Pisani, 2009:49)
[3] La
traducción es propia.
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